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Trastorno de Identidad Disociativo (TID): ¿Qué es y cómo reconocerlo?

¿Te has preguntado qué es el TID o cómo actúa una persona con doble personalidad? El Trastorno de Identidad Disociativo es una condición compleja que puede generar confusión y preocupación. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el TID, sus síntomas, causas, criterios diagnósticos según el DSM-V y la CIE-10, y cómo abordarlo desde la psicoterapia.​


¿Qué es el trastorno de identidad disociativo (TID)?

El trastorno de identidad disociativo (TID), antes conocido como trastorno de personalidad múltiple, es una condición de salud mental caracterizada por la presencia de dos o más identidades o personalidades claramente distintas dentro de un mismo individuo. Estas identidades pueden tener nombres, características, voces, géneros, recuerdos y comportamientos completamente diferentes.

El TID se manifiesta como una desconexión entre pensamientos, recuerdos, emociones, identidad y acciones, afectando la percepción de uno mismo y del entorno. Las personas que lo padecen pueden experimentar fugas de la realidad de manera involuntaria, dificultando el desenvolvimiento normal de su vida cotidiana.

Trastorno de identidad disociativo-tid

Características de las personalidades alternas (alters)

Las identidades alternas, también conocidas como alters, suelen aparecer en respuesta a situaciones traumáticas, especialmente en la infancia. Cada alter puede tener:

  • Un nombre distinto
  • Edad y género propios
  • Historia de vida independiente
  • Rasgos de personalidad específicos
  • Estilo de comunicación o tono de voz diferente

Es común que la personalidad principal (huésped) no tenga conciencia de las otras identidades, mientras que algunos alters sí pueden conocer al huésped y entre sí.


Primer caso documentado de TID

El primer caso reconocido de lo que hoy se denomina TID fue descrito por Eberhardt Gmelin en 1791 (aunque erróneamente se menciona 1971 en algunos textos). Este médico alemán atendió a una paciente que alternaba entre hablar en francés y en alemán con acento francés, sin recordar haber cambiado. Lo particular del caso es que la personalidad secundaria conocía a la huésped, pero no viceversa, revelando la coexistencia de identidades diferenciadas.

Casos reales de trastorno de identidad disociativo

A lo largo de la historia, se han documentado casos de personas con TID. Estos casos han ayudado a comprender mejor el trastorno y su impacto en la vida de quienes lo padecen. Es importante recordar que cada caso es único y requiere un enfoque terapéutico personalizado.​


Causas del Trastorno de Identidad Disociativo

El TID suele estar asociado con traumas graves en la infancia, como abuso físico, emocional o sexual. Aunque las causas del TID no están completamente determinadas, la mayoría de expertos coinciden en que suele desarrollarse como mecanismo de defensa para proteger al individuo del dolor emocional intenso, es decir, ante traumas intensos y prolongados en la infancia, como:

  • Abuso físico, emocional o sexual
  • Negligencia grave
  • Ambientes familiares hostiles o inestables
  • Eventos traumáticos repetitivos o agudos
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

Otros factores pueden incluir negligencia emocional, experiencias traumáticas repetidas y falta de apoyo en momentos críticos.​

Durante la infancia, cuando la personalidad aún se está formando, algunos niños pueden desarrollar una forma de compartimentalización psíquica para protegerse del trauma, generando identidades alternativas como vía de escape.


Síntomas del trastorno de identidad disociativo

Amnesia disociativa

Consiste en la pérdida de memoria sobre eventos importantes, datos personales o situaciones traumáticas. Estos lapsos pueden abarcar minutos o años y suelen estar relacionados con la presencia de alters. A pesar de no recordar conscientemente ciertos hechos, estos pueden seguir afectando el comportamiento.

Fragmentación de la personalidad

Las personas con TID pueden sentir que existen múltiples versiones de sí mismas, con cambios abruptos de percepción, memoria, lenguaje y conducta. Esta fragmentación genera confusión, despersonalización y desconexión del yo.

Despersonalización y desrealización

El paciente puede experimentar la vida como un espectador externo, sintiéndose separado de su cuerpo o del entorno. Las personas y objetos pueden parecer irreales o distorsionados, generando una sensación de extrañeza continua.

Estrés agudo

El estrés crónico o episodios de estrés intenso pueden agravar los síntomas disociativos y detonar la aparición de alters. El TID suele coexistir con ansiedad generalizada, crisis de pánico o agotamiento emocional extremo.

Otros síntomas comunes

  • Depresión
  • Abuso de sustancias
  • Trastornos alimentarios
  • Conductas autolesivas o suicidas
  • Disfunciones sexuales
  • Alucinaciones auditivas (voces internas que corresponden a alters)

Importante: Muchas personas con TID ocultan sus síntomas o los minimizan por vergüenza, miedo o desconocimiento.


Diagnóstico del TID

Evaluación médica integral

El diagnóstico del TID es complejo y requiere una combinación de pruebas físicas, psicológicas y psiquiátricas:

Examen físico

Sirve para descartar causas neurológicas, metabólicas o infecciosas que puedan explicar los síntomas. Incluye pruebas clínicas y revisión de antecedentes médicos.

Examen psiquiátrico

El profesional de salud mental evalúa los pensamientos, emociones y comportamientos del paciente. A menudo se entrevista también a personas cercanas al paciente para obtener una visión más completa.

Criterios diagnósticos del DSM-5

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), los criterios para diagnosticar el TID incluyen:

  • Presencia de dos o más identidades distintas
  • Pérdidas de memoria recurrentes incompatibles con el olvido ordinario
  • Malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas importantes de funcionamiento
  • Síntomas no atribuibles a sustancias u otra condición médica

Diagnóstico según el DSM-V y la CIE-10

DSM-V

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), los criterios para el TID incluyen:​

  • Presencia de dos o más identidades distintas.
  • Amnesia recurrente.
  • Síntomas que causan malestar significativo.
  • Los síntomas no son parte de prácticas culturales o religiosas.

CIE-10

La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) define el TID como un trastorno caracterizado por la existencia de dos o más personalidades dentro de un individuo, cada una con su propio patrón de percepción y pensamiento.​


¿Cómo actúa una persona con doble personalidad?

Una persona con TID puede cambiar entre diferentes identidades sin previo aviso. Cada identidad puede tener su propio nombre, historia y características. Estos cambios pueden ser desencadenados por situaciones estresantes y pueden resultar en comportamientos que la persona no recuerda posteriormente.​


Tratamiento del trastorno de identidad disociativo

Psicoterapia

La terapia psicológica es el tratamiento principal y más efectivo. Sus objetivos incluyen:

  • Identificar y procesar traumas pasados
  • Integrar las identidades alternas en una sola identidad funcional
  • Enseñar estrategias de afrontamiento para el estrés y las emociones
  • Reducir los síntomas asociados (depresión, ansiedad, impulsividad, etc.)

Las terapias recomendadas pueden ser:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC)
  • Terapia centrada en el trauma
  • Terapia de integración de identidades
  • EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares)

El tratamiento suele ser prolongado y puede requerir hospitalización en casos graves.

Medicación

No hay medicamentos específicos para el TID, pero pueden recetarse fármacos para tratar los síntomas asociados:

  • Antidepresivos
  • Ansiolíticos
  • Estabilizadores del estado de ánimo
  • Antipsicóticos atípicos

Advertencia: Estos fármacos deben ser prescritos exclusivamente por profesionales, con un seguimiento constante para evitar efectos adversos.

Otras terapias complementarias

Algunas terapias alternativas pueden mejorar la calidad de vida del paciente cuando se usan como complemento al tratamiento clínico:

  • Mindfulness y meditación
  • Arteterapia o musicoterapia
  • Yoga o actividades corporales
  • Terapias expresivas (danza, escritura)

Estas técnicas ayudan a mejorar la regulación emocional, la conciencia corporal y la conexión mente-cuerpo.

Seguimiento a largo plazo

Después del tratamiento activo, es fundamental establecer un plan de seguimiento personalizado que incluya:

  • Revisiones periódicas
  • Apoyo psicoterapéutico continuo
  • Educación familiar o de cuidadores
  • Intervenciones preventivas ante posibles recaídas

El trastorno de identidad disociativo es una condición grave y compleja que afecta profundamente la vida de quien lo padece, lo cual requiere comprensión y apoyo profesional. Con un enfoque terapéutico integral, supervisión médica y apoyo emocional continuo, es posible lograr mejoras significativas en la estabilidad emocional, el funcionamiento diario y la integración de las identidades.

Si tú o alguien cercano presenta síntomas relacionados con este trastorno, no dudes en consultar con un profesional en salud mental. El diagnóstico y tratamiento adecuados pueden marcar la diferencia.

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