idealizar a una persona idealizacion

La idealización y sus riesgos | Idealizar a una persona no es amar

Idealizar a otras personas es algo muy común. Consiste en otorgarles cualidades y valores excepcionales, minimizando o ignorando sus aspectos negativos. Vemos a esa persona como alguien perfecto que coincide con nuestros anhelos más profundos.

La idealización implica poner a alguien en un pedestal, sobrestimar sus virtudes y capacidades. Se los ve de manera irreales, como seres superiores sin defectos ni fallas.

Este proceso de idealización está muy relacionado con nuestras necesidades internas. Idealizamos a quienes se acercan a ese ideal de perfección que buscamos inconscientemente. Proyectamos en ellos nuestras fantasías y deseos.

Aunque la idealización es un mecanismo psicológico muy común, llevarlo al extremo puede volverse problemático. Generamos expectativas imposibles de satisfacer y nos exponemos a grandes decepciones. A continuación, veremos en profundidad los peligros de idealizar en exceso.

La trampa de idealizar a otras personas

Muchas veces tendemos a idealizar a nuestra pareja, familiares, amigos o figuras de autoridad. Los vemos como perfectos, minimizando o ignorando sus defectos. Pero idealizar de más puede ser peligroso.

Idealizar en exceso genera expectativas poco realistas sobre esas personas, que probablemente terminen defraudándonos. Nadie es perfecto. Todos cometemos errores. Esperar perfección absoluta sólo nos lleva a la frustración y el sufrimiento emocional.

¿Por qué idealizamos?

Idealizar es una tendencia muy humana. Lo hacemos por varias razones:

  • Para llenar carencias afectivas de nuestra niñez o relaciones pasadas. Idealizamos buscando el amor que nos faltó.
  • Para satisfacer nuestro deseo de certezas. En un mundo incierto, idealizar da una falsa sensación de control.
  • Para aumentar nuestra autoestima. Ver superior al otro nos hace sentir también superiores.
  • Para evadir imperfecciones propias que no aceptamos. Es más fácil ignorarlas idealizando a otros.

Problemas de idealizar en exceso

Idealizar tiene graves consecuencias cuando se hace de forma extrema o por mucho tiempo:

  • Expectativas irreales: Esperamos perfección de seres imperfectos. Esto lleva a constantes decepciones.
  • Relaciones desequilibradas: El idealizado se vuelve superior y el idealizador inferior. Se pierde la equidad.
  • Justificar malos tratos: Minimizamos faltas graves del idealizado con la excusa de que es “perfecto”.
  • Pérdida de brújula interna: Dependemos del idealizado para saber cómo actuar y sentir. Dejamos de confiar en nosotros mismos.
  • Baja autoestima crónica: La distancia entre nuestras expectativas y la realidad nos hace sentir insignificantes.
  • Codependencia: Necesitamos idealizar al otro para sentirnos bien. No encontramos validación interna.
  • Incapacidad de intimidad: Los vínculos reales requieren aceptar imperfecciones. La idealización lo impide.
  • Frustración y amargura: Cuando el idealizado cae del pedestal, sentimos gran decepción y enojo.

Cómo dejar de idealizar

Idealizar ocasionalmente no es tan grave. El problema viene cuando esto se convierte en un patrón constante y extremo. Aquí algunos consejos para dejar de idealizar:

  • Entiende tus motivos: Explora de dónde viene esta necesidad, usualmente de carencias tempranas o baja autoestima.
  • Acepta que nadie es perfecto: Reconoce humanidad en los demás, con virtudes y defectos. Baja el listón.
  • Enfócate en lo positivo, no ignorar lo negativo: Valora las buenas cualidades sin negar comportamientos dañinos.
  • No temas la decepción: Acepta que idealizar lleva a decepciones inevitables. No es el fin del mundo.
  • Valora tu opinión sobre ti mismo: Confía en tu brújula interna. No necesitas la aprobación externa.
  • Ten expectativas realistas: Aprecia a quienes te rodean por lo que son, seres humanos imperfectos pero únicos.
  • Da sin esperar nada a cambio: Ama incondicionalmente, sin exigir perfección.

Dejar de idealizar requiere amor propio y compasión por uno mismo y los demás. Es un proceso pero se puede lograr. Lo importante es rodearte de personas que te aprecien y respeten tal como eres. Recuerda que la verdadera autoestima nace de adentro.


Publicado en

Categorizado en

por la psicóloga

Contenido relacionado a:

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *