Es común idealizar a la persona que amamos, especialmente al inicio de la relación. Los vemos perfectos, minimizando sus defectos. Pero idealizar en exceso puede ser muy dañino para el amor.
Cuando ponemos a nuestra pareja en un pedestal, esperando perfección absoluta, nos exponemos a grandes decepciones. Nadie es perfecto, todos cometemos errores. Las expectativas irreales en relaciones pueden deteriorar cualquier vínculo.
Idealizar al ser amado tiene varias causas
- Nos aferramos a la ilusión del amor ideal, esa fantasía del “para siempre felices” que nos venden desde pequeños.
- Intentamos llenar carencias afectivas de nuestra infancia o relaciones pasadas. Buscamos en la pareja el amor que nos faltó.
- Nos dejamos llevar por la etapa de enamoramiento, donde solo vemos lo positivo del otro.
- Queremos tapar problemas de autoestima, necesitando al otro en un pedestal para sentirnos también valuados.
Peligros de idealizar a tu pareja en exceso
Llevar la idealización de la pareja al extremo genera varios riesgos:
- Expectativas irreales: Esperamos perfección de alguien imperfecto. Esto lleva a constantes decepciones.
- Justificar malos tratos: Si el idealizado se comporta mal, lo negamos o minimizamos.
- Relación desequilibrada: Ellos en un pedestal, nosotros abajo. Se pierde la equidad.
- Perder nuestra brújula: Dependemos del idealizado para saber cómo sentir y actuar.
- Baja autoestima: La distancia entre nuestras expectativas y la realidad nos hace sentir insignificantes.
- Obsesión por el idealizado: Se vuelve el centro de nuestro mundo. Desatendemos otros ámbitos de la vida.
- Incapacidad de intimidad: Aceptar imperfecciones es necesario para la intimidad real. La idealización lo impide.
- Frustración y amargura: Cuando el idealizado cae del pedestal, viene gran desilusión y enojo.
Consejos para dejar de idealizar a tu pareja
Idealizar con mesura no es tan grave. El problema viene cuando es excesivo y constante:
- Reconoce que nadie es perfecto, todos cometemos errores. Baja el listón de expectativas.
- Valora las buenas cualidades de tu pareja, pero no ignores comportamientos dañinos.
- No temas la decepción. Es imposible satisfacer expectativas exageradas. Y no es el fin del mundo cuando sucede.
- Confía en tu brújula interna. No necesitas la aprobación del otro para saber qué hacer o sentir.
- Ten expectativas realistas. Acepta y aprecia a tu pareja por quien realmente es.
- Da amor incondicional, sin esperar perfección. El amor real es imperfecto pero profundo.
Dejar de idealizar requiere compasión por uno mismo y la pareja. Conlleva bajar los estándares de perfección y desarrollar el amor propio. Sólo así podremos construir relaciones de intimidad real, basadas en la aceptación mutua. Es un proceso pero se puede lograr.