El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por preocupación y tensión constantes, exageradas e incontrolables la mayor parte del tiempo. A continuación, te explico qué es, sus síntomas y formas de tratamiento.
¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?
Es un tipo persistente de ansiedad crónica en el que la persona se siente excesivamente preocupada la mayor parte del tiempo, incluso sin motivo aparente.
Se enfoca en varios eventos o actividades, como salud, dinero, familia, trabajo, entre otros; generando tensión muscular, fatiga, irritabilidad, insomnio y dificultad para concentrarse.
A diferencia de la ansiedad normal, en el TAG la preocupación:
- Es crónica, durando más de 6 meses.
- Es exagerada y no guarda proporción al problema real.
- Interfiere notablemente en la vida diaria.
- No se controla con facilidad.
Principales síntomas
Los más comunes son:
- Nerviosismo, tensión muscular y fatiga constantes.
- Dificultad para controlar la preocupación.
- Irritabilidad.
- Problemas de concentración y sueño.
- Inquietud, sensación de estar atrapado.
- Somatizaciones: dolores de cabeza, molestias estomacales.
Posibles causas
Puede deberse a:
- Factores genéticos y biológicos.
- Desequilibrio de sustancias cerebrales como serotonina.
- Vulnerabilidad emocional ante estrés prolongado.
- Eventos estresantes o traumáticos.
- Personalidad propensa a la ansiedad.
No hay una causa única, son múltiples factores los que influyen.
Tratamientos que pueden ayudar
Los principales son:
- Terapia cognitivo-conductual: Para identificar y modificar pensamientos ansiosos disfuncionales.
- Ejercicios de relajación: Respiración diafragmática, meditación, yoga.
- Grupo de apoyo: Reducen el sentimiento de aislamiento.
- Medicamentos: Antidepresivos ISRS para aliviar síntomas.
Un enfoque personalizado y combinado de terapia con un psicólogo y en ocasiones medicación suele ser lo más efectivo.
Consejos útiles
Algunas recomendaciones que pueden ayudar son:
- Realiza actividad física regularmente para liberar tensiones.
- Dedica tiempo a actividades relajantes placenteras.
- Establece horarios regulares para comer, dormir y realizar tus tareas.
- Evita el consumo excesivo de cafeína, azúcar y nicotina.
- Aprende y practica técnicas de respiración y relajación.
- No te aísles, comparte tus sentimientos con personas de confianza.
- Consulta a un psicólogo ante cualquier persistencia o agravamiento de síntomas.
Aunque los primeros pasos cuesten, recuerda que el bienestar y la tranquilidad son posibles. No estás solo en esto, busquemos juntos la mejor estrategia para ti.