La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva o incontrolable, puede afectar seriamente nuestra calidad de vida. Afortunadamente, existen varias estrategias comprobadas que nos pueden ayudar a manejar los síntomas y retomar el control.
En primer lugar, es importante comprender que la ansiedad no es un defecto ni debilidad de carácter. Se trata de una respuesta fisiológica asociada a ciertos pensamientos que podemos aprender a modificar. Cuando entendemos esto, se facilita enormemente el proceso.
- Respiración y relajación: Una de las técnicas más efectivas es la respiración diafragmática profunda. Esta consiste en inhalar lentamente contando hasta 4, sostener la respiración otros 4 segundos, y exhalar muy lentamente por la boca contando hasta 6 o 8. Al enfocarnos en la respiración, calmamos la mente y el cuerpo. Otras técnicas como el yoga, la meditación, los masajes o los baños calientes también pueden ayudar a relajarnos.
- Actividad física: Otro pilar fundamental es el ejercicio regular. Actividades aeróbicas como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta ayudan a liberar endorfinas, neurotransmisores cerebrales que mejoran nuestro estado de ánimo y bienestar. Además, la actividad física mejora la calidad del sueño, esencial para controlar la ansiedad.
- Alimentación saludable: Llevar una dieta balanceada, evitando cafeína, azúcar refinada, comida chatarra y alcohol, también es clave. Los alimentos integrales, frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescado contienen vitaminas, minerales y antioxidantes que mejoran la salud mental y física.
- Reestructuración cognitiva: Aprender a detectar y modificar pensamientos distorsionados o exagerados, que son los que provocan la ansiedad, es muy efectivo mediante la terapia cognitivo-conductual. Cuestionar críticamente nuestros propios pensamientos, reemplazando los negativos por otros más realistas y adaptativos, permite controlar las emociones.
En síntesis, al enfocarnos en cuidar nuestra salud integralmente, respirar correctamente para activar la relajación fisiológica, hacer ejercicio, comer bien y transformar nuestra manera de pensar, podemos manejar la ansiedad y mejorar sustancialmente nuestra calidad de vida. Con constancia y apoyo profesional cuando sea necesario, es posible superar los momentos difíciles y retomar el control. ¡Manos a la obra!
Preguntas frecuentes(FAQs)
Aplicando técnicas de respiración profunda, meditación, ejercicio regular, reestructuración cognitiva y buscando apoyo profesional cuando sea necesario.
Con respiración diafragmática, yoga, masajes, musicoterapia, actividad física aeróbica y una dieta saludable rica en omega 3 y vitaminas del grupo B.
Practicar respiración profunda, beber agua, escuchar música relajante, darse una ducha caliente o sostener objetos que transmitan calma como una piedra fría.
Identificar los pensamientos desencadenantes, escribirlos y cuestionarlos. Luego, reemplazarlos por otros más objetivos y aprender a relativizar el momento presente.
Adiestrando la mente en el aquí y el ahora a través de mindfulness y actividades que demanden concentración plena como taichí, sudoku, tejer o tocar un instrumento. Esto distrae de pensamientos ansiógenos.