La crianza implica no solo satisfacer las necesidades básicas de nuestros hijos, sino también guiarlos para que aprendan de sus errores y desarrollen un pensamiento crítico.
Ya sea que se trate de un niño pequeño, un adolescente en plena búsqueda de identidad o incluso un hijo adulto, la forma en que comunicamos nuestras correcciones marcará la diferencia en su aprendizaje y bienestar emocional.

Comprender la psicología de nuestros hijos
La importancia de observar y escuchar
- Observación activa: Presta atención a las expresiones, actitudes y comportamientos de tu hijo. Observar cómo se comunica y qué emociones expresa te ayudará a identificar la raíz de sus errores y a adaptar tu mensaje.
- Tiempo de calidad: Dedica momentos exclusivos para conversar sin distracciones. Esto fomenta la confianza y crea un ambiente en el que tu hijo se siente valorado y escuchado.
Adaptar el enfoque según la edad
- Niños pequeños: Usa un lenguaje sencillo y ejemplos concretos. Aprovecha el juego y las historias para explicar por qué una acción o idea no es la más adecuada.
- Adolescentes: Propicia el diálogo y el debate respetuoso. Escucha sus argumentos y ofrécele alternativas sin imponer tu visión, ayudándole a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos.
- Hijos adultos: Mantén una comunicación asertiva y respetuosa. Comparte tus experiencias y razonamientos sin perder de vista que, aunque sean adultos, también necesitan orientación y apoyo.
3 Estrategias para ayudar a tu hijo a entender que está equivocado
Escucha activa y empática
- Deja que se exprese: Antes de corregir, permite que tu hijo comparta su punto de vista. Esto no solo lo hace sentir escuchado, sino que te da claves sobre su manera de pensar.
- Preguntas correctas: Formula preguntas abiertas que lo inviten a reflexionar, por ejemplo: “¿Qué crees que podrías hacer de otra manera?” o “¿Cómo te sentirías si estuvieras en el lugar de los demás?”
Uso de un lenguaje positivo y no confrontativo
- Evita etiquetas negativas: En lugar de decir “estás equivocado”, utiliza expresiones como “creo que hay otra forma de ver las cosas” o “¿has considerado esta opción?”.
- Ofrece alternativas: Brinda ejemplos concretos y sugerencias que le permitan ver distintas perspectivas. Esto le ayudará a comprender que equivocarse es parte del aprendizaje.
Reconocer y validar sus esfuerzos
- Elogia su disposición: Aun cuando no logre entender de inmediato, reconoce el esfuerzo que pone en comprender y mejorar. Esto fortalece su autoestima y lo motiva a seguir aprendiendo.
- Valida sus emociones: Especialmente en adolescentes y adultos, es importante reconocer sus sentimientos. Explícale que es normal equivocarse y que lo importante es aprender de los errores.
Cómo aconsejar a un hijo adolescente o adulto
Comunicación respetuosa y dialogada
- Diálogo abierto: Invita a tu hijo a conversar sin presiones. Comparte tus experiencias personales y anécdotas que ilustren cómo tú también has cometido errores y aprendido de ellos.
- Escucha activa: Permite que exprese sus argumentos y puntos de vista. Esto fomenta un ambiente de respeto mutuo y evita que se sienta criticado o juzgado.
Fomenta la reflexión y el pensamiento crítico
- Ejemplos y casos prácticos: Comparte situaciones cotidianas o historias donde una perspectiva diferente condujo a un mejor resultado.
- Invita a la autoevaluación: Anímalo a que piense en las consecuencias de sus decisiones y a identificar qué pudo haber hecho de otra manera. Preguntas como “¿cómo crees que se sintió la otra persona?” pueden ser muy útiles.
Entendiendo a tu hija: La clave está en la empatía y el ejemplo
La Influencia del entorno y el ejemplo
- Sé un modelo a seguir: Tu comportamiento y forma de comunicarte sirven de ejemplo. Mostrar vulnerabilidad y reconocer tus propios errores le enseña que equivocarse es parte del proceso de aprendizaje.
- Comparte tus emociones: Explicar cómo te sientes cuando cometes errores y cómo aprendes de ellos puede ayudar a tu hija a internalizar que el error es una oportunidad para crecer.
La importancia de la autoconciencia y la paciencia
- Paciencia en el proceso: Entender que cada hijo tiene su propio ritmo para asimilar las correcciones es fundamental. La comprensión de sus procesos emocionales y cognitivos hará que el aprendizaje sea más efectivo.
- Crea espacios emocionales seguros: Fomenta un ambiente en el que se sienta libre para expresar sus emociones sin miedo a ser juzgada. Esto fortalece la confianza y mejora la comunicación en la familia.
Enseñar a un hijo –ya sea niño, adolescente o adulto– a reconocer sus errores es un proceso que se basa en el diálogo, la empatía y el ejemplo. Escuchar activamente, utilizar un lenguaje positivo, ofrecer alternativas y reconocer sus esfuerzos son estrategias clave para lograr que entienda sus equivocaciones sin sentir rechazo o culpa.
Recuerda que la crianza es un camino de aprendizaje mutuo. Al comprender mejor la psicología de tus hijos y adaptar tu comunicación según su edad y necesidades, no solo los ayudas a corregir errores, sino que también fortaleces la relación y construyes un ambiente de respeto y crecimiento personal.
Si deseas profundizar en técnicas de comunicación y manejo de emociones, o si tu hijo presenta dificultades para regular sus impulsos o comprender sus emociones, la terapia infantil o juvenil –incluso en formato online– puede ser una excelente herramienta de apoyo.
¿En qué casos puede ayudar la terapia infantil virtual?
- Dificultades para regular las emociones: ansiedad, tristeza, ira, impulsividad.
- Problemas de comportamiento: agresividad, desobediencia, baja autoestima.
- Dificultades en el aprendizaje: atención, concentración, memoria.
- Trastornos del sueño o alimentación.
- Bullying o dificultades para relacionarse con otros.
- Separación de los padres o duelo.
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Preguntas frecuentes(FAQs)
Si tu hijo se niega a aceptar que está equivocado, es importante no forzarlo a cambiar de opinión. En su lugar, ofrécele información adicional que respalde tu punto de vista y permítele que tome su propia decisión.
Utiliza un lenguaje positivo en lugar de negativo cuando corrijas a tu hijo. En lugar de decir “estás equivocado”, puedes decir “creo que hay otra manera de ver las cosas”. De esta manera, tu hijo no se sentirá juzgado o criticado, sino que se sentirá motivado a buscar una solución.
Si tu hijo se siente frustrado al tratar de entender que está equivocado, es importante escucharlo activamente y reconocer sus esfuerzos. Anímalo a seguir intentándolo y ofrécele información adicional que pueda ayudarlo a entender mejor.